Saturday, November 17, 2012

Capitulo II


Es la tercera llamada de Rachel que he rechazado hoy. Esta mujer puede ser insistente. No le encuentro una razón para que quisiera hablar conmigo. Ya ha dejado varios mensajes insistiendo en una cena para platicar de "asuntos pendientes". No tengo nada que decirle. No tengo ya ninguna relación con ella. Hemos estado divorciados por más de dos años. No entiendo como es que comenzó todo. No tenemos nada en común. Suena bastante cruel pero me alegro de no haber tenido ningún hijo con ella que me uniera de por vida. . No tengo tiempo para lidiar con ella, mi nueva paciente ya es suficiente.

Inicialmente mi padre iba a consultar a Lauren, pero el insistió en que un caso de suicidio es lo que necesitaba. No lo creo. No es mi área, y sé que soy un doctor y sé que debería ser de mente abierta, pero la idea de que alguien opte por quitarse la vida se me hace algo absurdo. Ningún problema puede ser tan grande como para tratar de solucionarlo así. Es ser un cobarde. Y posiblemente problemas de autoestima, eso si lo puedo entender. Desde que hice mi especialidad he estado trabajando con adolescentes y jóvenes adultos de no más de 30 años. Normalmente tienen problemas de ansiedad, autoestima, anorexia, pero nunca había tratado con un caso de suicidio. Y sinceramente, espero que todo se resuelva pronto. No creo que me queden ganas de seguir tratando con ese tipo de personas.

No recibí mucha información por parte de Lauren ayer, es una niña difícil. Es verdad que todos toman tiempo en comenzar a hablar de lo que realmente me interesa, la raíz de su problema. ¿Qué habrá sido lo que orilló a Lauren a esa absurda "solución"? No puedo siquiera terminar de escribir una introducción sobre ella y ya quiero terminar el desenlace. Qué habito el mío de escribir ensayos de cada paciente.

Y ahí está, la cuarta llamada de Rachel. La única mujer que vería esta noche es Abby, mi hermana. Aun estaba en la clínica y en 10 minutos más mi último paciente del día llegaría. Su problema, por fortuna no era el suicidio.

Llegando al departamento, mi idea principal era trabajar en la introducción de Lauren, y después de unos cuantos minutos me di por vencido. Tengo que conocerla más para poder darme una idea de qué escribir.

El Jueves no daba mucho que esperar. Todo estaba tranquilo hasta el momento. Las citas con mis cuatro pacientes habían marchado bastante bien. Lauren era la siguiente. Eran apenas las 3:25, pero opté por pedir algo para comer, la última vez que salí, llegué tarde con Lauren. Eso no va a pasar otra vez.

5:15 y la puerta apenas se abrió.
- ¿Es acaso la manera de vengarse por nuestro primer encuentro?
- Perdón, Doc. Perdí la noción del tiempo. - Se veía más feliz que los días anteriores, y a juzgar por su apariencia, puedo asegurar que se quedó dormida.
- Entiendo, - dije sonriendo.

Tras unos segundos de quedarse parada enfrente de la puerta, se sentó en el sofá. Ese sofá solía estar en la casa que tenía con Rachel. Tenía que darle algún uso, ¿no?

- ¿De qué hablaremos hoy, Doc? - Doc. La manera en que ella lo decía no me gustaba para nada.
- No lo sé, Lauren. Podemos hablar de lo que tú quieras.
- No pienso aburrirte con otra fiesta de cumpleaños si estás preocupado. - Seguía sonriendo.
- No, no lo estoy. Y te repito, no creo que puedas aburrirme.
- Tengo que ser sincera, ¿verdad?
- Por supuesto.
- Entonces, no veo como estas sesiones puedan ayudarme. No veo como sería capaz de darte mi confianza. No esperes que eso pase. Se como resolver mis propios problemas. - Joven y arrogante.
- ¿Le habías contado a alguien con tanto detalle alguno de tus cumpleaños como lo hiciste conmigo?

Silencio. Y ahí está su rostro lleno de duda.

- Lauren, todos necesitamos de alguien. Estamos aquí para hablar de tus problemas, y no esperaba escuchar de ellos tan pronto. Nadie menciona esa oración tan rápido como tu lo hiciste, pues la mayoría de los que vienen aquí piensan que no tienen. El hecho de que creas que eres capaz de resolverlos por ti misma, dice que claramente necesitas a alguien para superarlos. Y tu confianza, se que tomará tiempo, sin embargo, me siento satisfecho de lo que he escuchado de ti hasta ahora. Me da una idea de que poner en tu introducción.

¿Pero que acabo de decir? Eso no debió de haber salido de mi boca nunca. Nadie sabe sobre mis ensayos. Me imagino que la sonrisa que volvió a aparecer en ella fue debido a mi rostro.

- ¿Introducción, Doc?
- Pues... Si, estoy escribiendo sobre ti  - se quedó callada por un tiempo - Es algo que me gusta hacer, escribo sobre mis pacientes. Historias, sobre lo que ellos me cuentan, es algo personal.
- Supongo que no te he dado mucho que escribir. - Espero esto no me de más "problemas de confianza" de los que ya tenía con ella.
- No, a decir verdad no. Pero no tienes que preocuparte por eso, tómate tu tiempo.

Pensé que sería una cita difícil con Lauren, que me odiaría incluso más al saber que escribía sobre ella. Pero no fue así. Terminó contándome de sus vacaciones pasadas, de sus primeros semestres en la universidad, inclusive un poco de su relación con su hermano. Y a pesar de que no fueron tan detallados los relatos como el de su cumpleaños, estaba bastante satisfecho por hoy.

- Es todo Lauren, gracias por hoy.
- No veo por que el agradecimiento. - dijo en cuanto se puso de pie. - Yo también recibí algo de información, y por ahora estamos a mano.

¿A mano? ¿Por ahora? Después de haber dicho eso, me paré y le estreché mi mano.

- Hasta el Martes, Lauren.
- Adiós Doc. - Dijo y se dio media vuelta. Antes de salir por la puerta volví a hablar.
- Lauren, todos los Sábados un grupo de pacientes, ex pacientes y algunos doctores nos reunimos en el parque Mid Lake. Es un tipo de convivencia, estás invitada por supuesto. De 10 a.m. a 1 p.m. No siempre asisto pero lo haré este Sábado, por si quieres hablar. - al haber dicho esto, volvió a sonreír.
- Lo tendré en cuenta, Dr. Walker.

No dijo más y se retiró. Hoy en particular, sus ojos se veían un poco más azules de lo normal, su sonrisa más amplia y su rostro más alegre. ¿Qué habrá podido pasar en el transcurso de dos días, que mi más reciente paciente ya muestra un poco de mejoría? Claramente, no puedo ser yo. Llevo tres horas de conocerla. ¿Un novio? ¿Un amigo, quizás? Me gustaría verla el sábado, ver como es fuera de mi oficina, conocer sus gustos y aspiraciones.

Hablé con su madre ayer, quería confirmar si Lauren estaba asistiendo, y por ella me enteré de que es estudiante de Diseño. Al parecer está en su segundo año.

Tuve dos pacientes más en el transcurso de la tarde y después me marché a mi departamento. Tras la cena que Eunice, mi ayudante, dejó hecha, me dediqué a investigar un poco más sobre el suicidio. Eunice lleva 1 año trabajando conmigo, hace el aseo y la comida, tiene horarios en los que debe hacerlo, cuando no estoy, y le exigí que al llegar no quería toparme con ella.

"Antes que la acción, el suicidio comienza en el pensamiento. Ya sea por problemas personales y/o emocionales, las personas suicidas deben ser evaluadas como individuo para entonces entender el suicidio a nivel social. Estos individuos poseen un sentido de indefensión y desesperanza ante las situaciones que los afectan. Las personas suicidas exhiben algunas características tales como depresión, impulsividad, baja tolerancia a la frustración y son personas sin espíritu de lucha."

A simple vista, Lauren no parece ser una persona infeliz, claro que todos somos capaces de pretender, unos más que otros. Cada vez que tengo un paciente nuevo, me siento obligado a ganarme su confianza, eso es lo que debo hacer, pero con Lauren, no lo veo así. Más que deber, lo siento como un deseo. Me gustaría tener su confianza, no por obligación.

El sábado por la mañana me encontraba un poco impaciente. Quería saber si vería a Lauren en el parque. Apenas eran las 10 y no había rastro de ella, aun. Platiqué con varios ex pacientes, me contaron con detalles como había sido su vida después de la terapia  A muchos los recordaba por sus caras, a otros por sus nombres, y a algunos por las introducciones que había escrito de ellos. El poco tiempo que llevaba trabajando en la clínica de mi padre me había ayudado bastante.

Eran casi las 12 y Lauren aun no aparecía por ningún lado. Tal vez tenía algo que hacer. O simplemente no quiso venir. Tras no ver signo de ella, me fui. Un psiquiatra nunca tiene datos de pacientes como sus teléfonos o direcciones, todos los tiene la recepcionista, y ella es quien se comunica con ellos. Ellos, por supuesto si lo tienen, y recibía llamadas a todas horas, nunca guardaba sus teléfonos, a menos de que ya no fueran mis pacientes.

No hice más que ir a comer con Dave, John y Henry en el día. Era la típica reunión sabatina que teníamos, lo único que cambiaba era el restaurante, y como era turno de John de decidir, escogió comida Árabe. La detesto.

- ¿Algún paciente que te quite el sueño, Mark? - dijo John con la boca llena.
- Ni el paciente más psicópata podría impedirme dormir, creo que lo sabes.
- ¿Estás atendiendo a la hija de London, verdad? ¿Lauren? - preguntó Dave.
- Si, llevamos apenas tres sesiones, nada fuera de lo común.
- Mi hermana, Sally, dijo que no la ha visto en dos años. Eran compañeras de universidad.
- ¿Eran?
- Si, eran. Lauren dejó la escuela hace tiempo.
- ¿De qué hablas, Dave? Su madre dice que lleva estudiando dos años.
- Bueno, su madre no está en la misma escuela que ella, Sally si. Y solo asistió a la mitad de su primer semestre. Sally va en cuarto.

Eso no podía ser posible, ¿o si? ¿Sería capaz de mentirle por tanto tiempo a sus papás? ¿Cómo puede? ¿En qué otras cosas me habrá mentido? Y la platica de ellos me fue irrelevante de ahí en adelante. Sin duda es una experta en mentir. Ya me queda claro que pretender es una de las cosas que hace bien. Ahora, más que nunca me interesa llegar a saber sobre su vida. ¿Qué razones tiene para no estar estudiando? Desde que la vi sabía que me iba a traer problemas esta niña. Su mirada, su forma de hablar. Y tengo entendido que vive sola, ¿cómo lo hace? Bueno, probablemente sus padres le dan dinero, son ricos al igual que los míos.

El día se me hizo eterno. Y aunque intenté pensar en otra cosa que no fuera Lauren, no pude. Me sentía indignado de que no pudiera contarme ese tipo de cosas. De no tenerme confianza. Pero ¿por qué? No tengo razón para sentirme así. Es una paciente, trato con ellos todos los días, todos esconden algo que tarde o temprano es revelado. Y como le dije, toma tiempo, pero quería que con ella fuera rápido. Me parecía como si fuera un libro con una infinidad de páginas, y que el tiempo que disponía para leerlo no fuese suficiente. Claramente es poco el tiempo que llevo de conocerla, y es normal lo poco que sé de ella. Soy bastante seguro de mí y de lo que pienso, pero ¿puedo ganarme su confianza? Ella también parecía bastante segura cuando dijo que no me la daría. Por lo que veo y me han dicho sus papás, es una persona solitaria, podría aprovechar eso. A muchos pacientes se les facilita hablar cuando sienten que soy su amigo, quizá con eso pueda abrirse más. La verdad siempre toma tiempo, y a pesar de que soy paciente, no quiero esperar más.